HOJA: Los idilios.
25.9.06
(Suspiro), (de esos aguditos que me caracterizan).
Sí. Ahora puedo decir que me enamoré. Me di cuenta hace poco, porque cada vez que lo veo me transformo en una adolescente pelotuda (permítaseme –cuestiones de género y de discriminación psicoetaria, al margen).
Se llama Frasco de Vidrio. Él es tan transparente, que ni lo conozco. Tiene la capacidad exacta como para que yo le pueda volcar todos los atributos, expectativas, cualidades y sueños que me vengan a la gana.
Y él tampoco me conoce. Entonces no sabe de mis cositas fuleras.
Creo que podríamos tener una relación (acá me fanatizo) perfectamente hermosa.
Ahora me voy a poner coqueta para seducirlo.
Después les cuento cómo sigue esta historia.
5.10.06
Insisto. Con Frasco nos llevaríamos tan bien.
Me encanta que yo no le pueda arrancar ni una palabra. Ni con tirabuzón. Es que a veces se pone muy reservado, muy hermético. Y yo, por supuesto, tampoco puedo decirle ni "mu".
Hoy me levanté pensando también en su apellido ("de Vidrio"). ¡Qué lindo! Lo asocio fácilmente a su sensibilidad, a su fragilidad. Y así, tan vulnerable, me dan una ganas de cuidarlo, protegerlo, mimarlo...
Pero claro, ahora me asalta una duda; ¿cómo será tener sexo con él?
Como sea, estoy tan embobada, que casi ni me doy cuenta de nada.
10.10.06
¡Lo intenso que es vivir con Enamoramiento!
Él es un amigo de Frasco de vidrio. Está parando en casa por unas cuantas jornadas. No es nada fácil (sobretodo porque pareciera que no se va a ir tan facilmente).
El tema es la sensación de que vivo con un miembro de mi propio cuerpo (por ejemplo, mi mano) engualichau -por ponerle una metáfora-. Un día el pibe está re-tierrrno, y me acaricia. Otro, está pícaro, y me hace cosquillas. Otro, se pone violento, y me pellizca. Ahí es cuando le propicio unos: "Bueeeeeno. Buen. ¡Che, basta! ¡PARÁ!", y se me ofusca el ceño, y quiero que se vaya ya mismo.
Inmanejable.
Qué se yo. En verdad es muy alegre, pero no lo soporto más.
18.10.06
Hacía como tres meses que la sequía avanzaba por estos pagos. La verdad que, más allá de Enamoramiento, es importante entretenerse... ejem... de otra manera.
Más que justo, justísimo ahí, fue cuando apareció Algodón de Azúcar. Un revolcón, un "este es mi celu, si querés, llamame", un "nos vemos", y nunca nada más.
Luego es verme nueeeevamente en la misma situación que siento vacía. Entonces el tedio de lo efímero. Y la presión de tener que ser la mina perfecta, y sacarle todo el jugo posible a esa noche/mañana. Y la próxima acción será olvidarme. Limpiar evidencias. Que no queden rastros de él, ni de mí con él. Sabíamos desde el vamos que una vez, y ya.
Hola y chau, Algodón de Azúcar.
31.10.06
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario