3.11.06

JULIANA OFICINISTA - 3.11.06
Hoy el día empezó sin mi permiso. Llegó justo cuando empezaba a soñar. La alarma del celular, y arribapúmbate. A desmontar esas lagañas, a revivir la piel debajo de la ducha.
A dejar atrás ese anoche de sentir que en lo de mamá falta alguien.
Ni decir que hoy más que un "viernes hermoso lleno de dicha por vivir", es un "por suerte es viernes, la pucha, que se termine ya, no aguanto más".
A la mañana, no me propuse pensar nada relevante.
Ahora, son las cuatro y sigo muerta de sueño.
Como si fuera el olor de la acetona, las tristezas me flotan por delante de la cara, siento que entran por la nariz, y se van hasta detrás de mis ojos.
Le escribo un mail a P.; hace una semana que no hablamos (por teléfono), y la extraño. Le cuento "Sería como una especie de desarraigo integral, lo que siento." Me calma un poco escribirle, aunque sea.
Pero cuando repaso -para anotar acá en el blog- mis púltimas horas... me acuerdo de que anoche pasé también por la casa linda, y lo único que sentí que me agarraba de los tobillos, era la sensación de estar TAN arafue (que no sólo yo me la busqué, sino que también me pasa desde hace mucho. Pero ayer, llegué a no poder contar lo que me pasaba. Grave.). (Y grave también es, en esas condiciones mías, escuchar como lo de la casa se pone espeso con el correr de los días).
Volví a (¿mi?) casa, sin los abrazos que necesitaba. Sin poder darlos, ni recibirlos.

Buen finde para todxs, me obligo a decir.

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