28.11.06

JULIANA OFICINISTA - 28.11.06

Caminaba por Callao y Córdoba, y los señores habían abierto una vereda para arreglar algo.
El pozo estaba rodeado con unas vallas petisas, y la profundidad del mismo era ya considerable.
El olor hizo que me detuviera un momentito. Era olor a la tierra húmeda, pero no de campo-previo-lluvia, sino de la que hay entre las paredes, olor a cascote mojado, al de cualquier arreglo de plomería doméstico. Igual me pareció agradable, y me hizo pispear un cacho.
Vi las entrañas mismas de la vereda que piso todos los días.
Vi cómo la gente esquivaba la zona por los costaditos, siendo cambiada su circulación diaria, sin ni siquiera notarlo.
Vi que yo rara vez me detengo a mirar.
Vi que debe ser por la... [efecto de sangre chorreada] ... ¡¡¡ Alienaciónnn cotidiaaana. Muejejejejeeeeeeeeeeeeeeeeeeefhfjhgfgjkktlrpfsgrrrrrrzzzzzz...

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[La Juana Preguntona, acá me tironea de la manguita de la remera, y me pide que siga con lo de la reflexión sobre la curiosidad, y todo eso, que está rebueno.]

[Yo le explico que no, que ´tamo con Juliana Oficinista.]


[Ah, bueno. Me dice que qué corno le importa. Que el blog
es de ella también.]

[Entonces salta La Nena del Agua, con reclamitos, de que a ella nunca le di pelota, y de que el blog, entonces, no es de nadie, y que viva el Pájaro Loco, y qué sé yo qué infantiladas más.]


[Me pongo un poquito intolerante y les digo que la que firma acá siempre soy yo (les refriego el "¿QUIÉN VA A SER? ATINA"), y que no me vengan ahora con problemas,
"vengamén" con soluciones.]

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